martes, 6 de agosto de 2013

PARADOJAS

La conciencia: esa... capacidad de un sistema--orgánico, hasta donde sabemos-- de asimilar la existencia de su entorno, y de deducir su propia posición en él, su relación con él. Esa... posibilidad, digo, es una propiedad emergente.

Las propiedades emergentes son aquellas irreductibles a sus partes individuales: surgen--emergen-- de la relación compleja entre ellas. Y la conciencia es una, producto del sistema nervioso: lo digo, y lo dice Rodolfo Llinás en entrevista a Arcadia. Usted y yo somos, en suma, usted y yo, gracias a esto: nos reconocemos, nos intuimos en los extremos opuestos de un formato: éste, este blog, este escrito, esto que digo.

Paradoja: para muchos el progreso espiritual se mide en términos de Conciencia--a más, mejor--, pero, curiosamente, al momento de que una multitud de conciencias se reúna en un estado particular de ánimo, surge--emerge-- la Estupidez Mórbida.

Dentro de un estadio, en medio de la final, digamos, de una miserable copa nacional, ocurre la transustanciación: uno sólo de tantos, visto por aparte, es comprensible, entra en razón y vive con mínima cautela; todos juntos se entregan a la proyección de un Leviatán monstruoso. Son masa, son uno, son estúpidos sin límite.

La Estupidez Avanzada es una propiedad que emerge de una relación específica entre conciencias. Y así. Como una neurona de Charles Manson, o de Ariel Castro, el violador que ungió de espanto a Cleveland, es inocente, no nos merece odio, o indignación, o ira, o miedo. Reunidas en un sistema funcional, son estremecedoras.

Las Conciencias Artificiales: nunca serán como la humana, según Llinás, pero para una parte extensa del mundo científico es un hecho que el futuro nos depara máquinas capaces y adecuadas para el amor, y todo el amplio repertorio de emociones humanas. También superiores en intelecto, claro. Y a nuestro servicio, o eso esperamos.

Desde luego, lector: la tecnología se deriva de las necesidades. Nos figuramos un robot haciendo las veces de niñera, de cajero, de enfermero. Uno de ellos significa uno menos de nosotros consumido por el trabajo. Pero no bien damos con la imagen, sabemos casi cierto que esas máquinas competirán con nosotros en todo, así como en todo deberían entender nuestros deseos y compartir nuestras emociones.

Concebimos la sociedad del futuro como un lugar de ocio: las labores más complejas, y las más sucias e indeseables, estarán en manos de computadoras o máquinas funcionales. Para reemplazarnos. Para liberarnos. Y así. Estaríamos livianos de esfuerzos y riesgos, listos y prestos a ser los filósofos y artistas, astronautas y científicos que siempre soñamos ser. ¡Hurra!

Paradoja: el sentido de este texto es una propiedad emergente; procede de todas sus palabras dispuestas en orden. Pero ni las manos que lo escriben, ni la atención de su servidor--el autor--, estarían en el futuro mejor encaminadas. Por cada persona que abandone un oficio, dos más y más calificadas deberán velar porque los artefactos de ensueño no se pasen de listos. Y algo me dice que, reunidos, esos artefactos no serán para nada una masa estúpida o turbulenta.

1 comentario:

  1. Mi querido Pianomo: Déjame decirte que convengo con tu noción de espiritualidad pero, para nada, con tu primera paradoja. Quién pudiera afirmar que la masa de tu ejemplo reunida en un estadio, ha adquirido, debería decir uno -antes de entrar al lugar- una verdadera conciencia? (A menos, peor!). Conciencia tenemos todos pero, en razón de la espiritualidad que anuncias es otra conciencia de la que se habla. No tenerla hace posible, y de manera mas orgánica, que te configures en masa.
    La mas simple y básica de las conciencias -que se construye, que evoluciona, que te hace escalar- es aquella que se permite o le permiten acceder a mínimos básicos de conocimiento, información o, como dices, mi muy respetado Leopardi, asimilar la existencia de su entorno -y no es garantía!-, no obstante, esas conciencias de tu estadio: hombres-masa, están vaciadas de su propia historia, y por ser de este modo, susceptible a las abstracciones. Por ello tan posible que emerja la mórbida estupidez humana.
    La pavorosa homogeneidad de las sociedades actuales -hombres-masa-, es un proyecto político deliberado de occidente y seguramente de otras latitudes. No por nada, las revoluciones en general han sido un fracaso. Son-mos millones y millones mas los pobres-ricos des-concienciados, analfabetos y sin oportunidades, los que habitan este planeta,a través de los que se esperaría que, por ser taaaaaaaantos, pudieran tomarse el poder para transformar este mundo, y no lo han logrado, porque conviene a otros pocos que esa masa no sea crítica, no se acerque a SU individualidad, es decir, que no sean seres espirituales con fuerza propia, con su PROPIA historia y con SU proyecto de vida, con capacidad de asimilar,RESPONSABLEMENTE su entorno. Pianomo...seriamos otro mundo, si esa no fuera una acción política deliberada -eso creo-, aunque sigo creyendo que otro mundo es posible, y no lo imagino con las maquinas, me imagino PEQUEÑOS mundos posibles y mas amables, mas amorosos, porque se notan ganas de entrar en conciencia y ver-me-ver-te-ver-nos, ser mejores personas en nuestro mundo mas cercano, ese que vivimos cotidianamente con los nuestros. No parecernos a la masa.

    liebrelibre
    Seguramente ni tan liebre ni tan libre pero, siempre haciendo conciencia de lograrlo, de construir mi propio camino y reconocerme en el, como liebre y como libre, ja!

    ResponderEliminar